viernes, 26 de junio de 2009

Editorial del VII Parlamento

Un Parlamento que avanza

A principios del año 2003, en una de las muchas tertulias que hacíamos después de las conferencias del programa “Que hablen los escritores…” que realizábamos cada jueves, en la Casa de España, en la Sociedad de Amor a Cartagena, en el SUDEB, en la Secretaría de Educación, en el Museo de Arte Moderno o en el Palacio de la Inquisición, estuvimos hablando de la necesidad de crear el Parlamento de Escritores Colombianos, acomodando algunos aspectos del Parlamento Internacional de Escritores (PIE), que para esos días aún sesionaba en la ciudad fronteriza de Estrasburgo.
Entre aquellos escritores que algunas veces llegaban a Cartagena a presentar sus obras y aportaron conceptos muy serios para que se materializara la idea, estuvieron Antonio Mora Vélez, Jairo Mercado Romero(+), Reinaldo Bustillo Cuevas, Antonio Botero Palacio, Luís Britto García, Julio Sierra Domínguez, Abel José Ávila Guzmán (+) y Roberto Montes Mathieu. De Cartagena, siempre estuvieron atentos a aquellas reuniones, Jesús Cárdenas de la Ossa, Jorge García Usta (+), Gregorio González Carrascal, Rogelio España Vera, Dora Berdugo, Margarita Vélez, Sara Marcela Bozzi, Carlos Cruz Echeverría (+), Everardo Ramírez Toro (+), Roberto Ríos (+), Cecilia Arbeláez de Castellar, Régulo Ahumada Zurbarán, Ubaldo Elles Quintana, Alicia Haydar, Jaime Díaz Quintero, José Ramón Mercado, Julio Lamboglia, Lucho Roncallo, Jenny Navarro, Juan Jorge Álvarez, Alberto Zabaleta Lombana, Joaquín Rosales, José Ávila Forero, Ricardo Vélez Pareja, José Sarabia, Franklin Howard, Rogelio Gómez Ángel, Argemiro Menco Mendoza, Edwin Maza, y algunos otros escritores perdidos entre los recuerdos de esta memoria que algún día arramblara el fuego purificador.
De aquel primer Parlamento pasado por agua en el diciembre de 2003, que se construyó más por la amistad de los organizadores con los escritores invitados, hasta este último que realizamos con el apoyo de algunas instituciones, oficiales y privadas, que ven en nuestro proyecto una alternativa de la Literatura frente a la política y a la ideología, hemos ido creciendo.
Para los escritores e intelectuales que llegan por primera vez, para quienes esperan toparse con el ostentoso palacio del Congreso, es bueno recordarles que este es un Parlamento sin poderes, es un Parlamento que desde sus inicios, desde que lo fundamos como una de las más quiméricas empresas de la fuerza de la palabra, está conformado por escritores e intelectuales, no es un parlamento, como los tradicionales, donde tienen asiento nobles y lores, condes y plebeyos, pares y validos, politiqueros y burócratas, pícaros y rufianes. Este Parlamento no tiene palafreneros ni correveidiles ante el gobierno, tampoco huéspedes en Cómbita, Modelo o La Picota. Los delegados de este magno congreso no hacen parte de los espirales de la corrupción. No. Los que asisten a este Parlamento traen como única carta de presentación, como único pase, como salvoconducto de sus correrías la impronta de la palabra, oral o escrita. De allí que la política del Parlamento no puede ser una política oficial de decretos y compromisos, tampoco de leyes y contubernios, sino que debe constituir un arriesgado experimento de alteridad, donde la única credencial que nos legitima para participar, hablar, debatir, controvertir y discernir es la palabra oral o escrita consignada en nuestras obras. Aquí no se puede venir a cazar votos, a comprar conciencias, a intimidar. No. Este Parlamento tiene marcada en su astrolabio, tiene señalada en su brújula, tiene signada en su proa, la ruta que le marca la literatura, y en especial, aquella que vislumbra un horizonte promisorio para las generaciones actuales y venideras.
Las sesiones de este Parlamento, como en épocas anteriores que ha rendido tributo a otros grandes intelectuales de la palabra caribeña, este año también exalta y reconoce la prolífica y significativa obra literaria de las escritoras Meira Delmar, Judith Porto de González y Fanny Buitrago, que han pergeñado poesías, teatro y narrativa de mucha, pero muchísima valía para las letras regionales, nacionales y continentales.
Además de los trabajos sobre la obra y la vida de las homenajeadas, también el Parlamento consigna en estas MEMORIAS, un ciclo de conferencias acerca de los poetas Obeso y Artel, reafirmando lo que ha dicho el Ministerio de Cultura: 2009 año Artel-Obeso, y otras conferencias colaterales y afines con la creación literaria, la historia y el papel que han jugado a lo largo de estos últimos siglos las mujeres en la literatura colombiana.
Esperamos que saboreen, analicen, discutan, debatan y se obtengan nuevos elementos para los próximos congresos: el de Necoclí (Antioquia), en noviembre del 2009, con motivo de la magna efemérides de los 500 años de fundación de Santa Maria La Antigua del Darién, y el Parlamento de las Independencias en Barranquilla, en el 2010.

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