domingo, 21 de noviembre de 2010

BOLETIN DE PRENSA

VIII PARLAMENTO NACIONAL DE ESCRITORES DE COLOMBIA
Independencia, literatura, gastronomía y desplazados temas de la Asamblea
- Una mexicana y una rusa en el Parlamento
- Masiva representación del país literario


Del 25 al 27 de noviembre sesionará en esta ciudad el VIII Parlamento Nacional de Escritores, evento organizado por la Asociación de Escritores de la Costa, que este año rinde homenaje al Bicentenario de la Independencia y al que asisten fabuladores de todo el país, además de una narradora rusa y una poeta mexicana.

El Parlamento que se inició en el año 2003, es un proyecto literario que busca reafirmar el compromiso de la literatura con la sociedad y especialmente con los discriminados, los marginados, los desplazados y todas aquellas personas que no tienen voz.



El Parlamento que será instalado a las 11 de la mañana del jueves 25 de noviembre por la Directora del IPCC, doctora Irina Alejandra Junieles Acosta, y el escritor Joce Guillermo Daniels García, presidente de la Asociación de Escritores de la Costa, en el Salón “Marcela Jiménez” de la Institución Tecnológica “Colegio Mayor de Bolívar”, además de la Independencia, abordará otros temas relacionados con la creación literaria, la tradición gastronómica en el Caribe, los desplazados y la presentación de CD, libros y revistas.



Objetivo del Parlamento

El Parlamento tiene como objetivos, además de reafirmar y fortalecer la ciudad de Cartagena de Indias, como el epicentro más importante de la Cultura Nacional y en especial de la Literatura. Aunar y estrechar lazos de amistad entre escritores del país y de otras partes del mundo. Analizar desde el punto de vista literario los hechos y acontecimientos que se dieron en los años de 1808 en adelante y que culminarían con los brotes independentistas de las diferentes Colonias españolas en Américas.

Conferencias

El eje temático del Parlamento es el Bicentenario de la Independencia y varios escritores abordarán el tema. La bandera, la participación de los diferentes actores y el importantísimo papel del Argos Americano, el periódico fundado por José Fernández de Madrid en 1810 y considerado el decano de la prensa americana. También se hablará del centenario de Miguel Hernández, de Bolívar y de literatura. Y entre los actos especiales, entre los que hay lectura de poemas y presentación de libros, estará el de la Tertulia de la Mojarra Loca. Varios escritores de diferentes partes del país hablarán de las Tertulias gastronómicas que existen en el Caribe, especialmente en Montería y Barranquilla, cuyos gestores son los escritores Dina Luz Pardo y Antonio Mora Vélez.



Delegación de Cartagena y Bolívar



Bolívar y Cartagena estarán representados por los escritores Alonso Cortina Gutiérrez, Antonio Botero Palacio (Magangué), Arturo Zea Solano, Carlos A. Castro Macea, Dora Berdugo, Fidel Escalona, Florentino Borbúa, Franklin Howard, Gilberto García, Gustavo Tatis Guerra, José Ramón Mercado, José Sarabia Canto (del Mundo de la Mojana), Juan Vicente Gutiérrez Magallanes, Libardo Muñoz, Luzmiriam Capera,Margarita Vélez Verbel, Maria Antonia Guerra, Maria Elena Aldana, Martín Morillo, Reinaldo Bustillo Cuevas (San Juan Nepomuceno), Rogelio España Vera, Tania Maza, Rafael Eduardo Yepes Blanquicet y Orlando Periñán, entre otros.



Delegación Extranjera

La delegación extranjera está representada por Anastassia Espinel Souarez (Nació en 1970, en Cherepovetz, Rusia), actualmente docente de Historia de la Universidad de Santander en Bucaramanga y Bárbara Durán Castro, poetisa natural y residenciada en la Ciudad de México.



Delegación Nacional

Como ha sucedido en los últimos cuatro años, la delegación más nutrida proviene de Barranquilla, conformada por los escritores Ainye Pinilla De la Rosa, Alvaro Suescún, Anibal Tobón Bermúdez, Guillermo Tedio, Iveth Noriega, Leticia Elena Hundek Pichón, Jorge Campo, Fabio Ortiz Ribón y Yajaira Pinilla. De Aracataca, Rafael Darío Jiménez. De Armenia, Hernando H. Jaramillo Silva. De Bogotá, llega el narrador Elías Florez Brum. De Bucaramanga Carlos Arnulfo Arias Mendoza, Laura Margarita Medina y Hernando Ardila. De Cali llega el investigador Guillermo Rangel Prasca. De El Banco (Magdalena) Edward Torrez. De Ciénaga (Magdalena) Delfín Sierra. De Ibagué Pablo Pardo. De Montería, Alexis Zapata, Antonio Mora Vélez, Rubén Darío Otálvaro, Marta Lugo y Serafín Velásquez. De Sincelejo, Alma Rosa Teherán Tirado, Rosa Chamorro, Amaury Pérez Banquet e Ignacio Verbel Vergara. De Tenerife, Lucho Roncallo Fandiño y de la Villa de Santiago de Tolú, Nicolás Ramón Contreras Hernández.



Sedes del evento

El Parlamento, como en años anteriores sesionará en tres sedes, todas ubicadas en el Centro amurallado de la ciudad Colonial. Las tres sedes son Institución Tecnológica “Colegio Mayor de Bolívar”, Salón “Marcela Jiménez”, Salón de Eventos de la Asociación de Maestros Jubilados de Bolívar (AMAJUBOL) y el Salón El Tablón del Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena (IPCC)., además habrá un programa especial en la terraza del Hotel San Nicolás del Mar.



Asistencia

Los escritores que no se inscribieron podrán hacerlo en el transcurso de la mañana del día jueves 25 en el Hotel San Nicolás del Mar. Para entrar a cualquiera de los eventos programados es indispensable mostrar la credencial de inscripción.



Apoyos

La realización del VIII Parlamento Nacional de Escritores de Colombia se debe al apoyo y generosidad del Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena (IPCC), Fondo Mixto de promoción de la Cultura y las Artes de Bolívar, Fondo Mixto de la Cultura y las Artes de Cartagena, Almacén La Finca de Magangué, Asociación de Maestros Jubilados de Bolívar (AMAJUBOL) y entre los mecenas Cecilia Arbelaez de Castellar, Ricardo Vélez Pareja, Nacha Newall, entre otros.

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Cartagena de Indias, 20 de noviembre de 2010

lunes, 1 de noviembre de 2010

Reinaldo Bustillo Cuevas

CANTO AL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR
Reinaldo Bustillo Cuevas
Miembro de la Asociación de Escritores de la Costa
(VIII PARLAMENTO NACIONAL DE ESCRITORES)


Tres centurias hacía que la raza aborigen,

de este lado del mar,

en las fértiles tierras, que llamamos América,

bajo el peso gemían

de opresoras cadenas;

la sonrisa de otrora transformose en un rictus

de macabro dolor;

el fulgor de su danza se cambió por desfiles

de luctuoso color.

El temor a la vida,

el desprecio a sí mismo,

la renuncia al esfuerzo,

en el alma del hombre

arraigaron del modo, que las lianas se abrazan

en la selva cuajada.

Mas el dios del nativo, se cansó del estado

de abyección y bajeza que el tirano imponía

al esclavo de América;

y brotó de la tierra

y del mar y la selva,

un guerrero mestizo

que del Guaire venía,

¡centellantes los ojos y en la espada mil fuegos!,

a romper las cadenas

que abrazaban las carnes

del rebelde oprimido.

De Alejandro, los sueños,

la grandeza del César,

de Mío Cid el valor.

los centauros de Grecia le quedaron pequeños

al medir con sus pasos las distancias enormes

que separan sus pueblos.

Gigantescos los Andes, parecieronle oteros;

y las selvas inmensas, fueron cotos no más,

a sus ansias divinas de llevar estandartes

con marciales arrestos, a los pueblos rebeldes,

que impacientes miraban sus desgracias correr.

Su grandeza no tuvo, ni tendrá en el futuro

la manera precisa de poderla medir:

Por el norte Jamaica,

con su carta rebelde;

y en la Heroica Ciudad

la proclama guerrera

que invitaba a los pueblos a buscar libertad.

En su patria, con triunfos,

anunció en Carabobo, derrotero final.

Por el sur fue Junín y Ayacucho también

que mostraron su gloria, para siempre inmortal.

Boyacá por el este,

Angostura y el llano

para darle linderos, como nunca jamás

se pudiera soñar;

y el dolor de Berruecos,

por el lado poniente, donde el sol agoniza,

demarcó su tristeza, para darle contornos

a los campos inmensos do nació su grandeza,

¡su grandeza inmortal!.

En Bolivia las leyes, sus conceptos recogen,

para darle el impulso

que su pueblo requiere

de llegar con altura, por caminos de paz,

a un futuro triunfante donde el orden impere

y también libertad.

Mas algunos le niegan

con ruindades sus méritos;

y la nieve del tiempo

coronó su cabeza,

y su frente arrugada,

sin llegar todavía

a una edad avanzada,

senectud semejó.

El río de la patria destejió sus caminos;

con el alma cansada

de decirle a los hombres

la maldad que causaba,

a la patria naciente,

las intrigas perversas;

y buscando la mar

que en los años futuros

su mortaja será

hasta un monte de nieve, que se mira en las aguas,

caminó sin parar,

y detuvo sus pasos

en ciudad de Bastidas;

allí volvió a unirse

para siempre jamás

con su gloria inmortal.

Gran Colombia lo llora,

mas no pudo entender

al caudillo gigante

que soñó con la gloria

de una Patria Triunfal.



Antonio Botero Palacio

ENTRE LA ESPADA Y LA PALABRA SE EDIFICAN CINCO REPÙBLICAS.

Antonio Botero Palacio
(VIII PARLAMENTO NACIONAL DE ESCRITORES)


En la apabullante figura del general Simón Bolívar han cabido las más multifacéticas apreciaciones, creadas en torno a los determinantes que mueven la personalidad humana, allí las formas de cultura, el conocimiento histórico, los idearios políticos, van estereotipando la realidad de un hombre, con rasgos y características acomodadas a formas conceptuales las más de las veces influìdas por el amor, por la pasión o por el odio.

Ante la historia serán disímiles los conceptos que sobre el general pudieren haber tenido Laureano Gómez, Alfonso López Pumarejo, monseñor Miguel Ángel Builes o Juan de Dios Uribe.

Con todo el respeto y la admiración que guardo por los merecimientos del General me voy a permitir, tratando de no maltratar su mágica y sublime proyección histórica; me voy a permitir desmontarlo del ciclópeo monumento que lo exhibe como trofeo de mil epopeyas de gloria para presentarles al Simón Bolívar que he ido construyendo allá muy al fondo de mi interioridad: Bolívar, el hombre; el mismo a quien acobardan el hambre y la sed, el Bolívar corroìdo por las pasiones, el que agoniza en Pativilca y suspira aprisionado entre los brazos de Manuelita Sáenz, el Bolívar de las derrotas, el que llora cuando lo abandonan sus amigos y el que carcomido por la tuberculosis hace testamento en San Pedro Alejandrino de cuanto deja para su Patria y por supuesto para su soledad y su abandono.

Pero, vive también, para la historia, otro Simón Bolívar sin espolines, sin charreteras, que guarda en las viejas panoplias su espada libertadora para encender su verbo con la misma sonoridad con que lo hacen las campanas que derraman las voces del ángelus desde las espadañas de la capilla rural; es èste, sin duda, el Bolívar creador, el soñador de Patrias, el genio que redime, el inventor de futuros, el que lleva en la limpidez de su palabra sonoridades de eternidad y cuando en sus noches cálidas enhebra su palabra profética, va intercalando perlas entresacadas de ese cofre que en buena hora le regalara su maestro Simòn Rodríguez y va armando - sin saberlo - piezas literarias donde el epíteto, la metáfora, el símil, la antìtesis y la anáfora, van presentando - para la posteridad - el pensamiento literario del libertador y, es este el Bolívar que sueña, el que se arropa bajo la sombra paternal de Antonio José de Sucre, el que aprende la resignación en la escuela de don Antonio Nariño, el que vigila la espada victoriosa de José María Córdoba, el que lo entrega todo por la causa libertadora, hasta soportar la testarudez de Josè Antonio Pàez o aguantarse el pestilente aliento del general Maza.

Este es el Bolívar que hoy traemos; lo hemos apeado de su caballo Palomo y, despojado de su armadura, hemos venido a escuchar con sincera admiración su delirio sobre el Chimborazo y, la América se estremecerà con su palabra encantada.

“Tenía a mis pies los umbrales del abismo….”

“Los lìmites de mi imperio los señala el infinito”.

……………………………………………………..

“Sobrecogido de un terror sagrado, ¿Còmo?, ¡Oh

tiempo! – respondì – ¿no ha de desvanecerse

el mìsero mortal que ha subido tan

alto?”.

“Yo venìa envuelto con el manto de Iris, desde donde paga su tributo el caudaloso Orinoco al dios de las Aguas.”

“Habìa visitado las encantadas fuentes amazònicas y quise subir al atalaya del Universo. Busquè las huellas de La Condamine y de Humboldt; seguilas audaz, nada me detuvo.

Lleguè a la regiòn glacial, el éter sofocaba mi aliento. Ninguna planta humana habìa hollado la corona diamantina que pusieron las manos de la Eternidad sobre las sienes excelsas del dominador de los Andes.”

“Yo me dije: Este manto de Iris, que me ha servido de estandarte, ha recorrido en mis manos sobre regiones infernales; ha surcado los rìos y los mares; ha subido sobre los hombros gigantes de los Andes; la tierra se ha allanado a los pies de Colombia y el tiempo no ha podido detener la marcha de la libertad. Belona ha sido humillada por el resplandor de Iris. ¿Y no podré yo trepar sobre los cabellos canos del gigante de la tierra? Sì, ¡podrè! Y arrebatado por la violencia de un espìritu desconocido para mì, que me parecìa divino, dejè atràs las huellas de Humboldt, empañando los cristales eternos que circuyen el Chimborazo.”

“Sigo, como impulsado por el genio que me animaba y desfallezco al tocar con mi cabeza la copa del firmamento; tenìa a mis pies los umbrales del abismo.”
“Un delirio febril embriaga mi mente; me siento como encendido por un fuego extraño y superior. Era el Dios de Colombia que me poseía. De repente se me presenta el Tiempo, bajo el semblante venerable de un viejo cargado con los despojos de las edades: Ceñudo, inclinado, calvo, rizada la tez, una hoz en la mano.”

Yo soy el padre de los siglos, soy el arcano de la fama y del secreto; mi madre fue la Eternidad; los lìmites de mi imperio los señala el infinito. No hay sepulcro para mì, porque soy màs poderoso que la muerte; miro lo pasado, miro lo futuro y por mis manos pasa lo presente. ¿Por què te envaneces, niño o viejo, hombre o hèroe? ¿Crees que es algo tu Universo? ¿Que levantaros sobre un àtomo de la creación es elevaros? ¿Pensàis que los instantes que llamàis siglos pueden servir de medida a mis arcanos? ¿Imaginàis que habèis visto la santa verdad?
“¿Suponèis locamente que vuestras acciones tienen algún precio a mis ojos? Todo es menos que un punto a presencia del Infinito que es mi hermano. Sobrecogido de un terror sagrado, ¿còmo, oh Tiempo, - respondì – no ha de desvanecerse el mìsero mortal que ha subido tan alto?”

En el manifiesto de Cartagena el libertador hace unos planteamientos polìtico-administrativos-literarios que sorprenden, en primer lugar, por la fluidez de un lenguaje conceptual que alimenta los planes de su ideario libertario; allì su palabra està llena de un planteamiento testimonial que busca abrirse paso por los caminos de América y para dar fuerza a su palabra encantada los hipnotiza con su verbo encendido: “Yo soy, granadinos, un hijo de la infeliz Caracas, escapado prodigiosamente de en medio de sus ruinas físicas y políticas, que siempre fiel al sistema liberal y justo que proclamò mi patria, he venido a seguir los estandartes de la independencia, que tan gloriosamente tremolan en estos Estados.”
Bolívar, que para estas calendas era un solemne desconocido en La Nueva Granada, requerìa de una carta de presentaciòn que abriese de par en par el corazòn de quienes sin duda necesitaban conocerlo para utilizar sin reservas sus capacidades intelectuales, militares y polìticas y, creemos - sin vacilaciones - que sus palabras llegaron a conmover el corazòn del general Lavatut para que asì pudiese iniciar por el rìo de la Patria su campaña admirable.

Conozcamos la fuerza de su palabra y entenderemos que màs allà del militar pundonoroso y honesto habìa un hombre que venìa desde la historia a cumplir el compromiso de rescatar la plena identidad y el pleno ejercicio de los derechos del hombre.
“Libertad a la Nueva Granada de la suerte de Venezuela y redimir a èsta de la que padece, son los objetos que me he propuesto en esta memoria. Dignaos, oh mis conciudadanos, de aceptarla con indulgencia en obsequio de miras tan laudables.”
“Las repùblicas, decìan nuestros estadistas, no han menester de hombres pagados para mantener su libertad. Todos los ciudadanos seràn soldados cuando nos ataque el enemigo. Grecia, Roma, Venecia, Gènova, Suiza, Holanda y recientemente el Norte de Amèrica, vencieron a sus contrarios sin auxilio de tropas mercenarias siempre prontas a sostener el despotismo y a subyugar a sus conciudadanos.”

En la carta de Jamaica encontramos un Bolívar profético que, mirando hacia los iluminados campos de lo por venir, va esbozando como lo plantean sus sueños crear la naciòn màs grande de Amèrica:

“Yo deseo màs que otro alguno ver formar en Amèrica la màs grande naciòn del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria.”
“El oro corrompe todo; el esclavo està corrompido por sì mismo. El alma de un siervo, rara vez alcanza a apreciar la sana libertad: Se enfurece en los tumultos o se humilla en las cadenas.”

Se crece “como crecen las sombras cuando el sol declina”, decìa un clèrigo de Simòn Bolívar, pero, si hubiese estado presente en el Congreso de Angostura agotarìa la fontana de su palabra encendida para delimitar los valores de este soñador que derriba fronteras e hilvana formas de gobierno que proclaman el porvenir de una Amèrica libre.

“Uncido el pueblo americano al triple yugo de la ignorancia, de la tiranìa y del vicio, no hemos podido adquirir ni saber, ni poder; ni virtud. Discìpulos de tan perniciosos maestros, las lecciones que hemos recibido y los ejemplos que hemos estudiado son los màs detractores. Por el engaño se nos ha dominado màs que por la fuerza; y por el vicio, se nos ha degradado màs bien que por la superstición. La esclavitud es la hija de las tinieblas; un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción; la ambición y la intriga abusan de la credulidad y de la inexperiencia de hombres ajenos de todo conocimiento polìtico, econòmico o civil; adoptan como realidades las que son ilusiones; toman la licencia por la libertad, la tradición por el patriotismo, la venganza por la justicia. Semejante a un robusto ciego que instigado por el sentimiento de sus fuerzas, marcha con la seguridad del hombre màs perspicaz, y dando en todos los escollos, no puede rectificar sus pasos.”

Me sorprende hasta lo indecible la carta escrita por Simòn Bolívar a Josè Joaquín Olmedo a la cual adjuntò un poema. El libertador se olvidò de la guerra y hasta de Manuelita y escribiò con prosa virgiliana esta respuesta.

“Hace muy pocos dìas que recibì en el camino dos cartas de usted y un poema; las cartas son de un polìtico y un poeta; pero el poema es de un Apolo.
“Todos los calores de la zona tòrrida, todos los fuegos de Junìn y Ayacucho, todos los rayos del padre de Manco Capacamo han producido jamàs una inflación màs intensa en la mente de un mortal.”

“Usted dispara, donde no se ha disparado un tiro; usted abrasa la tierra con las ascuas del eje y de las ruedas de un carro de Aquiles, que no rodò jamàs en Junìn; usted se hace dueño de todos los personajes; de mì, forma un Júpiter; de Còrdoba un Aquiles; de Necochea, un Patroclo y un Ayax; de Miller un Diomedes; y de Lara un Ulises.”

“Asì, amigo mìo, usted nos ha pulverizado con los rayos de su Júpiter, con la espada de su Marte, con el cetro de su Agamenòn, con la lanza de su Aquiles y con la sabiduría de su Ulises. Un americano leerà el poema de usted como un canto de Homero, y un español lo leerà como un canto del Facistol de Boileau. La introducción del canto es rimbombante: Es el rayo de Júpiter que parte de la tierra.”

La vida del general Simòn Bolívar es un poema que se llena de ternura, de luz y de romanticismo cuando la adornan las siemprevivas de Anne Lenois; que desborda la pasiòn cuando le aprisionan las ansias devoradoras de Manuelita Sáenz, que tiene acero toledano en su verbo viril cuando sin temblor en sus manos firma el decreto de guerra a muerte para los traidores y, con làgrimas nacidas desde el fondo de su corazòn escribe pàginas de indecible dolor, cuando, allà tras las cortinas de la muerte, la perfidia y la traiciòn arrebatan la vida a quien para el libertador fuera màs que un padre: don Antonio Nariño, modelo de virtudes en la Historia de Colombia.

Bolívar habìa viajado por los caminos de la historia y le eran tan familiares las voces de Solòn y de Licurgo en la Antigua Grecia como los planteamientos revolucionarios de Diderot o de Robespier cuando se incendiaron en la Revoluciòn Francesa los caminos de la libertad.

Como làbaros de gloria quedan tendidas a lo largo de Amèrica sus sentencias de varòn integérrimo y el eco de su palabra sobrepasò la filosofìa de la guerra para enseñar modelos de buen gobierno.

Queda el eco de su palabra como signo lapidario de grandeza:

“La suerte me ha colocado en el ápice

del poder; pero no quiero tener otros derechos

que los del más simple ciudadano.”

……………………………………………

“Prefiero el título de ciudadano al de Libertador, porque èste emana de la guerra, aquel emana de las leyes. Cambiadme Señor, todos mis dictados por el de buen ciudadano.”



“Yo he sido soldado de la beldad, porque he combatido por la libertad que es bella, hechicera y lleva la dicha al seno de la hermosura donde se abrigan las flores de la vida.”

“Si se opone la naturaleza a nuestros designios lucharemos contra ella y la haremos que nos obedezca.”

“Yo soy el hombre de las dificultades y no más: no estoy bien sino en los peligros con los embarazos; pero no en el tribunal ni en la tribuna que me dejen seguir mi diabólica inclinación y al cabo habré hecho el bien que puedo.”

“Quisiera tener una fortuna material para dar a cada colombiano, pero no tengo nada; no tengo más que mi corazón para amarlos y una espada para defenderlos.”

“Mis últimos votos son por la felicidad de la Patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro.”

Magangué, abril 07 de 2.010.



Guillermo Rangel Prasca

ORIGENES Y REALIDAD DE LA BANDERA COLOMBIANA
(Sinopsis)
Guillermo Rangel Prasca

De los llamados símbolos patrios, escudo, himno y bandera, es ésta última la que se inició en un escenario auténtico y con una función concreta durante una misión libertadora cuya meta era y es, la construcción de una nación soberana.
Esa meta se plasmó explícitamente en los volantes que se imprimieron en la corbeta Leandro, comandada por Francisco de Miranda y que entre otros utensilios de a bordo llevaba una máquina de imprenta. "Desde el mismo instante en que el cuerpo expedicionario ponga pie en un territorio, cesarán inmediatamente en éste, las labores militares, civiles, administrativas de los funcionarios que hayan sido nombrados por la corona española"., se leía en uno de esos impresos.

Y es que Miranda en el año de 1806 venía bajando desde el puerto de Nueva York, en una embarcación tipo corbeta dotada con 16 cañones y con un contingente internacionalista en su mayoría norteamericano, con el único fin y propósito de liberar un gran territorio en Suramérica al que llamaría, léase bien, Nación Colombiana. ¿Son herederos ideológicos de este contingente, los norteamericanos que se manifiestan ahora en 2010,frente a la base de Tolemaida contra la presencia de sus propios compatriotas en la siete bases entregadas por el uribismo?

La gesta de Miranda tuvo y tendrá repercursiones, como el haber servido de inspiración a la expedición que emprendió Fidel Castro en el Gramma para liberar a Cuba de Batista. Quizá este dato paralizó en su ignorancia al ministerio de Cultura, cuando con ocasión del Bicentenario de haberse izado la bandera colombiana en el puerto de Los Cayos en Haití, se le envió documentación a ese despacho con la súplica de que no dejase pasar inadvertida tan crucial efeméride. La respuesta epistolar del ministerio uribista fue irrisoria e indignante al mismo tiempo.

Hoy correponde al magno evento del Bicentenario de la Independencia, que organiza el Parlamento Nacional de Escritores en Cartagena, reparar esa afrenta, no sólo por elemental patriotismo sino para dejar abierta una brecha de estudio y recontextualización histórica nacional e internacional, ya que la personalidad y vida multifacética de Francisco de Miranda, deja a través del amarillo, azul y rojo de nuestra bandera unos referentes históricos muy dicientes.
La bandera colombiana, como se insinuó al principio, tiene un orígen muy real y humano, tanto es así que más de una decena de los tripulantes que la izaron en la Leandro, murieron ahorcados y otros sufrieron las mazmorras de Cartagena y San Juan de Puerto Rico. Nuestro pabellón tricolor no es pues una invención de escritorio como el escudo o el himno y no debe ser utilizado como vil muletilla de lenguaje, a la manera como se emplea en algunos círculos de la cultura y la política cuando se desea describir un protocolo o tarea sin importancia o despreciable:"sólo se trata de un saludo a la bandera", afirman ciertos personajes en estos círculos creyéndose interesantes.

¿Cuáles connotaciones tienen los colores de nuestra bandera, además de servir según muchos, para reproducir las tonalidades del arco iris? ¿Es correcta la frívola anécdota de que fueron inspirados por el pelo rubio, los ojos azules y la boca roja de una atractiva dama? La vida amplia e intensa de Miranda ,en múltiples escenarios cortesanos como la corte de Catalina La Grande de Rusia o de batalla y confrontanción ,como los de la Revolución Francesa, nos hace pensar en razones más profundas. ¿Será casualidad también que estos colores coinciden con los del bando de los Médicis en los tiempos de las guerras papales?